Lágrimas y más lágrimas en el rosario de despedidas de los guajes aunque, como Pichu Cuéllar, sean de Badajoz. Se va después de nueve temporadas defendiendo la meta gijonesa. Pichu tendrá que competir con Serantes por un puesto en el once del Leganés. Aquel cómico «tengo los guajes llorando» es ya algo cotidiano.

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